9 de agosto de 2006

Historias de mi piso (5)

El lavabo: Vamos a tocar la última antes de apagar las luces. Hoy voy a hablar del lavabo. Esta historia ocurrió hace ya algunos meses, pero, para no quedar como alguien que se olvida de actualizar diremos que es atemporal. Cierto día, un invitado que se hospedaba en Zona Cero provocó un accidente en el lavabo conocido como “rotura del mármol”. Inmediatamente fue sancionado con pagar una multa equivalente a dos latas de cerveza y condenado a trabajos forzados barriendo el suelo del salón. Íbamos a añadir limpiar el baño pero está prohibido por la declaración de los derechos humanos. Después de este accidente el gobierno de Zona Cero, con su presidente Belsierre a la cabeza, prometieron una cuantiosa inversión para la reparación de las infraestructuras de este nuestro cuarto de baño. Pero aquellas palabras no hicieron más que caer al pozo sin fondo donde fueron promesas electorales tales como: “Colocar una segunda tele en el salón para poder jugar a la consola y controlar a la vez si empieza House”. El gobierno se gastó el dinero en lujos innecesarios como barras de pan aprovechando que la oposición, liderada por Xexu, se debatía entre beber cerveza o calimocho. Pero un día de repente la CE (es decir, la casera) advirtió de que habría sanciones económicas si no se reparaban los desperfectos. Comenzó entonces una lucha contra el tiempo en busca de una piedra filosofal que sustentara ese icono de la higiene y la salud que es el lavabo. Joder como escribo, me estoy sorprendiendo a mí mismo. Se contrataron los servicios de un chofer (más bien se le obligó) y tras recorrer Zaragoza en busca de, primero una tienda de mármoles que no existía, y después otra que dio la casualidad que solo hacían lápidas (mal presagio que me hizo reflexionar), terminaron siendo indicados hacia una tienda que curiosamente distaba dos minutos de Zona Cero, para disgusto del chofer. Empezaron entonces una serie de procedimientos para la obtención de una lápida, digo mármol. En que estaría pensando. Durante los cuales se ideó un sistema de sujeción del lavabo a base de Tuppers como puntos de apoyo y botellas de cerveza como pilares. (Gracias todo ello a un individuo de Zona Cero que estudia la rama de la construcción): -Entrega del mármol para tomar medidas. -Supuesta recogida. -Vuelta a casa de manos vacías. -Supuesta recogida 2. -Vuelta a casa comiéndome un tokke. -Recogida de un mármol erróneo. -(Improperios varios) -Entrega del mármol erróneo. -Recogida del mármol correcto -Parada en un bar para tomarme una birra, el mármol no pide nada. -El mármol no encaja bien y la puerta no se puede cerrar. -Me golpeó con el mármol en los cojones. El mármol es un tipo duro. -Re-entrega para recortar el mármol. -El tio de la tienda me habla de estándares y de nuevas versiones en grosores de mármoles ¿También aquí existe Microsoft? (un chiste de ingenieros, no se volverá a repetir). -Coloco mármol. -Quito mármol. -Coloco silicona. -Coloco mármol. -Coloco lavabo. -El puto mármol se mueve. -El mármol y yo discutimos. -El mármol y yo hacemos las paces. -El mármol y yo nos vamos de fiesta. -Coloco el mármol como puedo y así se queda. Cumplimos los plazos y la CE no nos sancionó, así que se puede decir que todo terminó bien para el lavabo de Zona Cero.

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