21 de enero de 2006

Que no

Esta es la historia de un viernes de no importa que mes, parecido a como decía la canción. Me levanto, tiro millas hasta la puerta del Carmen y cojo el autobús número veinte. María Agustín sirve a los atletas matutinos de pista de entrenamiento y a los currantes de autopista. Un hombre compra el periódico mientras el cierzo despeina el pelo de una mujer cuyo perro ladra al autobús. Mi autobús. La Plaza de Europa sigue en el mismo sitio que siempre. Un obelisco en homenaje a cualquier cosa se identifica como centro de las miradas de los peatones que esperan que un muñeco se vuelva verde para cruzar al otro lado de un camino de cabras llamado calzada. El autobús cruza el Puente de la Almozara aliñando la banda sonora con un chirriante frenazo en el semáforo del final, donde una niña mira al cielo y se pregunta si hoy lloverá suficiente como para salir a dar una vuelta en barco. Valle de Broto y unos jóvenes en los asientos del fondo que se miran como si el resto del mundo no existierais. María Zambrano pone de los nervios a un ama de casa que piensa que va a llegar tarde al otro trabajo. Yo me bajo en Grancasa, también parecido a otra canción, segunda parada. Los espejos de la puerta reflejan mi imagen como si de una película se tratara. Me burlo de las escaleras automáticas subiéndolas como si fueran las de toda la vida. Entro en mediamarkt, ese supermercado de tecnología que se jacta de tener los precios más baratos mientras se pagan un adosado con cada disco de música que venden, saco un papel del bolsillo y me dirijo al mostrador de información: - Andrés: Su propaganda. Se la devuelvo. - Información: ¿Qué? - Andrés: Que no compro. Que no me vendo, ni aunque sea navidad y los precios estén más bajos que nunca. - Información: Vale. - Andrés: ¡Ah!, y no tengo mp3, prefiero las cintas de casete. Hasta luego. - Información: Hasta luego.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Bién! No hay que entrar en el consumismo desenfrenado. Por eso no es uno más feliz.

Anónimo dijo...

Bien hecho
la madrina