21 de mayo de 2009

Guay-Alba a lo belsierre

Como prefecto de cocina debidamente acreditado por la real academia de la lengua he estado llevando a cabo diversos ensayos culinarios con el objetivo de nutrir mi alma o mi estómago, lo que se sacie primero, además de obsequiar a la humanidad con una receta espacial (esto es, no pertenece a este planeta), que, si bien pueda parecer insípida en sus primeros contactos, sea hallada sublime después de las primeras náuseas y produzca una combinación especialmente sabrosa junto a la comida mexico-italiana los miércoles por la noche.

Ingredientes para cuatro personas:
(o dos operarios de mantenimiento del servicio de salud)

  • Un cartón de 10cm de ancho por 50 cm de largo, exactamente; cortado por la mitad, aproximadamente.
  • Un crucifijo, mejor si es de macramé.
  • Una mujer cuyo nombre o bien sea o bien contenga la palabra Alba. Aquí, a pesar de ser el ingrediente fundamental, tenemos una extensa libertad para realizar nuestra elección: Alba, albaceteña, albañila... Mi recomendación: Jessica-Alba.
  • Nata montada.
  • Un ambientador de baño.
  • Pimienta.
  • Una jarrita de Jack Daniels.
  • Una piña.

Fabricación:
Antes de todo debemos dejar secar el cartón durante dos tacitas y preparar un cazo con agua hirviendo con pimienta durante toda la noche, o viceversa, a gusto del preparante. Una vez hecho esto, pelaremos la piña y la introduciremos en el cazo.

Después quitaremos las escamas de la mujer, la cual no conviene que sea menor de 18 años para evitar posibles problemas de salud tales como privación de libertad y, con ello, de horas de fiesta; aparición de rallas negras y blancas en la vestimenta y, en los casos más atractivos, sodomización.

Ahora necesitamos ponernos el crucifijo y leer algún pasaje bíblico, de nuevo a gusto del chef. Si no conocéis ninguno yo recomiendo la fábula de los panes y los peces, en tanto que bien interpretada te ahorra la compra del día siguiente; o, en caso de ser época de exámenes, el apocalípsis.

NOTA: Si has tenido la suerte de vivir en una residencia de monjas o, mas últimamente, de creyentes; puedes saltarte esta parte.

Una vez blanda la piña, la colocaremos en un recipiente bólico y la regaremos con un chorrito de Jack Daniels. Después nos dejaremos de tonterías y la regaremos con la jarra entera.

Por último sentaremos a la mujer a la mesa, con cuidado de no dañar la silla o la receta nos saldrá por un euro más, la abanicaremos con el cartón y lo clavaremos en la piña, estilo nouvelle-cousine.

Ahora ya podemos disfrutar del manjar, reservando la nata montada para 'después' y el ambientador de baño para 'el día siguiente'.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Desde el servicio técnico del centro de especialidades Grande Covian no hemos podido evitar probar esta receta que ríete tu del Ferran Adria. Tras muchas probatinas hemos llegado a la conclusión de que la mejor opción a nuestro gusto es una albarracinensa y en cuanto al pasaje de la biblia tendrá que ser algo del nuevo testamento, que últimamente se venden muy mal y no se que hacer con el stock.