Putean las palomas y calienta
la sombra de la plaza del mercado,
resignado, blasfema y se sienta
a pedir para pagarse un cortado.
Sus sueños hace tiempo se marcharon
navegando el cauce seco del vero
y sus viejos amigos le enseñaron
la verdad sobre el amor y el dinero.
Malvive de prestado, los días que le prestan,
que se permite su café con leche;
si no, cuenta las horas que le restan
hasta que el frío de la plaza lo eche.
Cada día lo veo en 'El Dorado',
persiguiendo ese sueño tan inmundo
que es la vida, sólo cobre le han dado
y un !Que aproveche¡ Chapeau por el mundo.
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