19 de abril de 2005

De autobuses y acompañantes

Lo peor de no viajar, fue perderme, no volver a sufrir tu compañía, buscar una cita que merecerme; abstraerme en tu butaca vacía esperando ver tu rostro subir desde la penumbra de la estación, no verte, pensar en tí, sonreír, cambiar el dial, cambiar la canción; pasar el ecuador, en un naufragio de recipientes verme desterrado, escribir mi vida libre de plagio, verte marchar perdiendo lo ganado. Lo peor de viajar, quedarme en tierra, no dormir por adivinar tu nombre, contar las horas de esta vida perra, sentirme mitad niño, mitad hombre. Perdí aquel viaje, me saque de quicio, terminé de esclavo una temporada; si, pobre de mí, me llevan a juicio, no me vendría mal una abogada.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Uf. Muy bueno tío.

Anónimo dijo...

rillo y pelos dicen: ohhh ke bonito. as tocado nuestras fibras sensibles. estamos llorando sin parar.... ni de koña. te estas amariconando, con eso no te comes ni un cuarto de rosko, ni a la mas fea de la facultad. afeitate ya cerdo