21 de enero de 2010

Tú, gota última que colmó mi vaso,
no voy a dejar que me cojas muerto.
Tú, reina déspota de mi fracaso,
guardiana inquebrantable de lo cierto;

cómplice atolondrada de mis dueños,
madero y alguacil de mis ahoras,
inerte carcelera de mis sueños,
impía centinela de mis horas.

Tú, que dices salvarme de mí mismo,
¿Quién es quien menos piensa de los dos?
¿Quién condena a quien al egocentrismo?
Tú, me alzas los contras sobre los pros.

Vigía de los puntos de mi hebilla,
asesinas mis ganas de volar
en esta recurrente pesadilla
donde una noche vine a despertar.

¿Qué mal causo que vos tanto custodias?
¿Qué heridas perpetraría mi paso
cuyos movimientos capturas y odias?
Tú, gota última que colmó mi vaso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

debe haber muchas gotas por el luces :S