21 de marzo de 2005

Pongamos que hablo de Madrid

Pues no se ha caído, no. El hijo de puta del Windsord sigue allí de pie como alma en pena. Dando su particular toque de color negro al Madrid de los rascacielos de cristal y las avenidas elegantes.

Recientemente he tenido la ocasión de verlo de cerca. La verdad es que tuvo que ser espectacular. Como para vender souvenirs y todo. Hubiera pagado por estar allí, os lo juro. Me hubiera gustado hacerme fotos con el brother y su gente de cuatro caminos. Pillar el incendio de repente en la tele. Y decir ¡Coño!, si es aquí al lado, y salir a la calle pensando que es un nuevo show del ayuntamiento para los turistas.

Me los imagino allí, como si tal cosa. Y entonces va uno y saca la cámara. Venga chicos poneros allí y saludar que vamos a inmortalizar el momento, no vaya a ser que lo apaguen los bomberos. O aún peor, que se nos caiga encima. Oye, decid patata. O ya de paso flameado. Y el cabrón ardiendo detrás como si fuera el pebetero olímpico de Madrid 2012. Para que luego digan que las fallas son de Valencia. No si con lo chulos que dicen que son los de la capital cualquier cosa.

Y luego la peña que salía de las discotecas y de los bares de allí al lado flipando en colores. Discutiendo entre ellos. Pero si es que te he dicho que no vayas tirando las colillas donde te venga en gana, cabrón. Que ya nos pasó lo mismo cuando visitamos el Liceo. Y claro luego todos los polis a evitar que los borrachos se acercaran a encenderse los cigarros allí. En fin. Lo que yo os diga. Un autentico show.

De hecho estoy pensando en quemar algo por aquí en Zaragoza a ver si nos lo pasamos igual de bien. Aunque el Pilar no mola tanto porque es más ancho que alto. Bueno ya veré lo que hago y si eso os aviso.

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